Uno de los conceptos que hay que enseñarle a un niño es el de AMOR. Estoy segura que todos habéis experimentado diferentes tipos de amor, tanto como el de pareja, amigos, familiares, perros e incluso un bebe a su juguete preferido.. El ser humano tienen diferentes forma de actuar, utilizando un apego seguro, apego evitativo e incluso un apego ambivalente. Los padres y su profesor/a tienen el deber de hacer que los niños utilize un apego seguro. Esto influirá cuando el niño ya sea adulto que actuará de una manera más autónoma, seleccionar mejor a las personas con quienes se comprometen, etc. Cuando se produce una ruptura de relaciones de pareja o incluso de amigos son capaces de tomar decisiones más acertadas y firmes. Tienen una visón más realista.
Muchos expertos coinciden en afirmar que está comprobado que los niños que tienen algún animal de compañía son más equilibrados, resistentes y tolerantes que los que no lo tienen. Aprenden a relacionarse con los demás y a asumir responsabilidades. Nacen con una simpatía natural hacia ellos, simpatía que va creciendo o disminuyendo en el transcurso de la vida, según la influencia que los adultos ejerzan sobre ellos. Los padres, como educadores de nuestros hijos, debemos fomentar el amor por la naturaleza y hacerlo significa también motivar el interés de los niños por los animales y educarlos para que los respeten y los traten de manera responsable. Hay gestos tan bonitos a lo largo del día, por ejemplo, el perro que se alegra de ver a los niños cuando vuelven de la escuela. Salta, revolotea, se pone de patas, les lame... en definitiva, organiza toda una fiesta a su alrededor y ellos se divierten jugando con él.